LENIS YELIN ALARQUE/Directora ejecutiva de la Fundación Huellas. Testigo del proceso de renovación urbana del barrio Santo Domingo, proyecto Biblioteca España
¿Cómo nace la fundación Huellas y cuáles son sus propósitos?
La fundación Huellas es hija de un proceso comunitario que nace en el año de 1998 en una iniciativa de la comunidad de Maristas. Ellos trabajaban en una escuela pública en Santo Domingo Sabio y detectaron que en el sector de invasión La Torre había muchos niños y niñas desescolarizados, por consecuencias del desplazamiento. Allí no había fuente educativa, por esto deciden arrancar un proceso pedagógico informal. En este convocan a dos jóvenes para empezar acciones voluntarias, en el cual se atendían alrededor de 150 niños.
¿Cuáles han sido las estrategias para trabajar en este tipo de contexto?
La mayor estrategia es la presencia, básicamente las dinámicas comunitarias establecen unas reglas de juego independientemente de la presencia del Estado, sobre todo porque estos contextos tienen la figura de este mucho después, y es como usurpador de las intenciones que tiene la comunidad, un asentamiento no planificado. Su primer acercamiento es el desalojo, y esto provoca una relación fracturada ante un posible dialogo entre la institucionalidad y la comunidad.
¿En qué consisten los Ciclos de Oportunidad que usted expone en entrevistas a otros medios?
Ciclos de Oportunidad, lo que intento fue un dialogo entre un momento académico, la forma de leer el mundo, y la participación real que tienen las comunidades. Los ciclos indican que la gente no participa necesariamente por voluntad o por falta de voluntad, sino que hay un conjunto de condiciones en los territorios que pueden garantizar que una oportunidad fluya o no.
Los ciclos de oportunidad requieren momentos. El primero, es un ejercicio de quién habilita la oportunidad. El segundo, es el de información, en el que se establecen cuáles son las condiciones de corresponsabilidad para poder desarrollarla; y hay un tercer momento, personal, que responde a esa dinámica de información-comunicación.
¿Hay un cambio en la imagen del barrio o de la comunidad desde que comienza el trabajo?
Los territorios de invasión tienen una transformación en la infraestructura. En el tiempo, hay quienes afirman que se demora alrededor de 20 años el proceso de transformación de un territorio invadido, pero cada comunidad va a su ritmo y los tiempos comunitarios son muy distintos a los tiempos técnicos, institucionales o administrativos. Las primeras transformaciones que se dan en los territorios son de orden comunitario, lo primero que ocurre es que el grupo se organiza para hacer convites de trabajo, puede ser que logren gestionar materiales o que ofrezcan su fuerza de trabajo para hacer un sendero, unas escaleras, unos rieles o una calle. Eso es lo primero que ocurre en el territorio.
En la medida en que la comunidad va teniendo acceso a otros recursos, empieza a emerger construcciones de diferentes materiales.
¿Qué aspectos tienen valor y cuáles son cuestionables en cuanto a los procesos de una comunidad?
Lo primero es que este tipo de intervenciones son de voluntad política, es decir, los administradores públicos concretos tienen una voluntad real sobre unas comunidades que normalmente han sido olvidadas o que son de interés solo en temporada electoral. Lo otro, es la capacidad de transformación del territorio que tienen esas intervenciones.
Una infraestructura requiere de otro tipo de dinámicas comunitarias, eso también obliga a que la oferta institucional se amplié en servicios sociales, educativos y demás. En infraestructura ciertamente se transforma muchísimo el lugar cercano a la obra, facilita otras rutas de acceso, la gente tiene más sensación de dignificar su espacio, y eso es positivo porque genera esperanza.
Cuando aparece el Parque Biblioteca España, se da una gran oportunidad para generar cultura ciudadana, la gente tiene un lugar de encuentro y además los jóvenes dejan un espacio para manifestar sus intereses y sus prácticas culturales. Ahora, Qué me parece muy complicado? . Que la oferta institucional tiene ritmos muy diferentes a los tiempos comunitarios, sobre todo este último año porque termina irrespetando la dinámica propia de la comunidad, porque lo que prima es el cumplimiento de los indicadores, el presupuesto y los tiempos institucionales.
¿Qué hay que tener en cuenta con respecto a la impresión que han generado los cambios en la ciudad?
Algunas prácticas se van modificando y eso es valioso, pero por supuesto, la imagen institucional que muestran los medios de comunicación pueden superar la realidad, es decir las lógicas de supervivencia son constantes, son permanentes y a todos nos atañen independientemente del contexto socio-económico-histórico al que estemos inscritos.
Sí siento que se va transformando, pero yo leo que la forma de mostrar la imagen afuera es superior a la lectura de la realidad, sobretodo porque tenemos muy mala imagen afuera, entonces cualquier cosa es una transformación importante. Otro asunto que influye en la lectura social, es que también han pasado varios años desde que la voluntad política empezó a tener un direccionamiento diferente. Empiezan a crecer otras generaciones en la medida en que una persona tiene más posibilidades. Las oportunidades se van normalizando. Esta última generación ha tenido un inventario de oportunidades superior al de sus familias, entonces, va creciendo con el referente y en la medida en que el referente se posiciona, se normaliza la oportunidad.
¿Qué recomendaciones sugeriría para que las acciones estatales puedan coincidir con las necesidades de los procesos sociales?
Yo creo que tenemos que desinstalarnos de los egos, significa empezar a recorrer caminos que otros ya han recorrido. Siento que eso es utópico, porque en la esfera de lo público todo el mundo quiere que se le reconozca por lo que hizo no por lo que otros hicieron, pero si siento que un reto de desmontarlo.
Lo segundo y que para nosotros es clave, es reconocer el saber local, una comunidad nunca está vacía o una comunidad nunca tiene sólo necesidades. Una comunidad tiene saberes que permiten construir de manera local en el tiempo en que se haya organizado o con los referentes previos que vienen, con el tiempo que han estado en la vida institucional y han sobrevivido.
Esto nos conduce a otro aspecto, es necesario establecer metodologías de participación ciudadana que promuevan la construcción conjunta de los procesos. Todos somos responsables como ciudadanos de lo que pasa en el territorio, de la garantía de los derechos y de la oferta de servicio.
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